Una evaluación de habilidades seguida de un camino de integración con períodos de prácticas en empresas

La Sra. S. de Camerún

La Sra. S., de la parte francófona de Camerún, llegó a Francia en 2011 como parte del programa de reunificación familiar. Tenía 45 años y había trabajado varios años en África como vendedora de mercado. Nunca había ido a la escuela y era analfabeta, pero le iba bien en el cálculo.

La Sra. S. firmó el contrato de acogida e integración dentro de los 3 meses de su llegada a Francia. La Oficina de Inmigración prescribió cursos de idiomas con el objetivo principal de desarrollar las aptitudes escritas, aunque también es necesario mejorar la expresión y la comprensión orales. Su vocabulario debía enriquecerse, ya que en su país utilizaba principalmente una lengua vernácula.

Por lo tanto, la Sra. S. siguió el curso obligatorio de francés, pero también otro curso, también financiado por la Oficina de Inmigración. Al mismo tiempo, llevó a cabo una evaluación de las aptitudes prescritas por la Oficina de Inmigración como parte del contrato de acogida e integración. Esta evaluación le permitió conocer e identificar las competencias que había adquirido a lo largo de su vida laboral, incluso si se trataba del sector informal y, por lo tanto, no se justificaban en documentos oficiales.

Cuando terminó su formación lingüística, la Sra. S. no pensó en trabajar, ya que su marido estaba jubilado y disponía de recursos suficientes.

Sin embargo, después de un tiempo, las dificultades en casa la llevaron a considerar la posibilidad de buscar trabajo. Había identificado a Greta como un lugar de "recurso", gracias al apoyo pedagógico del personal. Así que se puso en contacto con Greta de nuevo para que la apoyaran en su búsqueda de trabajo cuando su situación se tornó crítica. Tuvo que inscribirse en el centro de empleo y luego se incorporó a un curso de formación para prepararse para el empleo en septiembre de 2013. Esta formación, financiada por la Región de Auvernia, le dio derecho a un salario que le permitió cubrir sus gastos básicos, pero también superar los obstáculos relacionados con la movilidad, dado que vivía en un pueblo a 20 km del centro de formación. Gracias a este curso de formación, la Sra. S. conoce el entorno laboral en Francia y las necesidades de los empleadores. También puede comprender mejor el funcionamiento administrativo. Las prácticas de trabajo en las empresas le permitieron aprender sobre trabajos que no conocía. Fue capaz de adquirir gestos profesionales, de desarrollar su experiencia en una posición en la que sus habilidades anteriores eran reutilizables. Pero, sobre todo, ha sabido demostrar que tenía unas competencias transversales que son especialmente valoradas por los empresarios: la adaptabilidad, el dinamismo y la inversión personal en el lugar de trabajo. Estos períodos de trabajo han sido esenciales en el camino de integración de la Sra. S. por varias razones: 1) no tenía experiencia en el trabajo dirigido al personal de limpieza (sus experiencias anteriores no se podían transponer como tales en el contexto laboral francés); 2) le hubiera sido difícil contactar con las empresas por sí misma; 3) le hubiera sido difícil hablar de sus conocimientos técnicos y defender su candidatura durante las entrevistas de trabajo. Estos períodos de prácticas le permitieron a la Sra. S. demostrar lo que era capaz de hacer y demostrarlo al empleador. Hicieron posible eliminar las ideas preconcebidas de ambas partes.

El papel del formador era importante como mediador entre el empleador y la Sra. S., en primer lugar para descifrar y aclarar las expectativas de ambas partes (presentación de los objetivos de la pasantía al empleador, pero también las obligaciones del pasante). El seguimiento durante la pasantía permitió aclarar las preguntas de ambas partes. Una vez establecida una relación de confianza, el formador llevó a cabo la negociación de un contrato de trabajo de 6 meses subvencionado por el Estado.

La flexibilidad del sistema de formación permitió crear un programa de integración a medida en el que se identificaron los cuellos de botella antes de eliminarlos. El camino de integración podría extenderse hasta que consiga un trabajo. El seguimiento posterior a la formación realizado por un formador permitió reforzar los vínculos entre la Sra. S. y su empleador y, al final de este primer contrato, pudo firmar un contrato permanente.

El éxito de esta integración profesional se debe principalmente al concepto de camino de integración. El dominio de la lengua francesa fue el primer obstáculo a superar, sobre todo en la comunicación oral. El apoyo del formador permitió compensar la falta de competencias escritas. La formación previa al empleo ha permitido comprender la legislación laboral, los códigos existentes en el entorno laboral, conocer las posibilidades de empleo en la zona y familiarizarse con los puestos de trabajo y las cualificaciones. También ha permitido realizar prácticas en empresas con un apoyo que genera confianza al disipar los temores. Estos períodos de prácticas han sido decisivos para la Sra. S., que pudo demostrar sus habilidades.

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